Buenas tardes a todos y todas, compañeros y compañeras. El problema del Convenio Nacional de la Seguridad Privada es puramente empresarial, si bien algunos sindicatos, a mi entender, no hacen quizá lo suficiente para llegar a un acuerdo.
El gran problema de la negociación colectiva en España radica en el hecho de la representatividad. Un convenio nacional sólo puede ser negociado a nivel nacional por los sindicatos más representativos a nivel nacional. En un sector tan importante como el nuestro, es necesario recuperar la combatividad sindical. CCOO ha sido siempre un sindicato combativo, como debe ser, en pro de los derechos de los trabajadores, y además ha tenido el gran acierto de no ser un apéndice claro de un partido político, cosa que no ocurre con el otro gran sindicato que debe obediencia al poder establecido por sus vínculos históricos.
Por este motivo el gran trabajo que me consta se hace desde CCOO a nivel nacional choca a menudo con los intereses cuanto menos abstractos de las otras centrales sindicales representativas. La desunión no ayuda a llegar a buen puerto y si a eso le añadimos el hecho que las grandes empresas de seguridad siempre han primado el beneficio despiadado sobre los derechos de los trabajadores, el plato está servido.
La patronal no tiene interés en un convenio digno por el simple motivo que los dividendos bajarían. El gran problema de España, como siempre he reiterado en mis clases de Derecho, radica en el hecho de la avaricia y la codicia de las empresas de seguridad. Una codicia que les lleva a querer sacar el máximo provecho del negocio, aún a costa de no cuidar bien a quien le hace ganar el dinero (el personal operativo).
En España las empresas de seguridad no apuestan por eso que se ha llamado responsabilidad social corporativa. No saben ni desean saber de qué se trata. Por eso se sigue escatimando el bienestar del profesional de la seguridad privada en pos de un beneficio brutal, sin una sensibilidad que en otros países avanzados de Europa hace tiempo que se aplica. Soy pesimista en el tema del Convenio, tanto por la avaricia y codicia desmesurada de las empresas de seguridad como en la poca lucha de clase que tienen actualmente la mayoría de centrales sindicales por sus vinculaciones políticas, cosa que no ocurre con CCOO, un ejemplo de buena gestión.
El gran problema de la negociación colectiva en España radica en el hecho de la representatividad. Un convenio nacional sólo puede ser negociado a nivel nacional por los sindicatos más representativos a nivel nacional. En un sector tan importante como el nuestro, es necesario recuperar la combatividad sindical. CCOO ha sido siempre un sindicato combativo, como debe ser, en pro de los derechos de los trabajadores, y además ha tenido el gran acierto de no ser un apéndice claro de un partido político, cosa que no ocurre con el otro gran sindicato que debe obediencia al poder establecido por sus vínculos históricos.
Por este motivo el gran trabajo que me consta se hace desde CCOO a nivel nacional choca a menudo con los intereses cuanto menos abstractos de las otras centrales sindicales representativas. La desunión no ayuda a llegar a buen puerto y si a eso le añadimos el hecho que las grandes empresas de seguridad siempre han primado el beneficio despiadado sobre los derechos de los trabajadores, el plato está servido.
La patronal no tiene interés en un convenio digno por el simple motivo que los dividendos bajarían. El gran problema de España, como siempre he reiterado en mis clases de Derecho, radica en el hecho de la avaricia y la codicia de las empresas de seguridad. Una codicia que les lleva a querer sacar el máximo provecho del negocio, aún a costa de no cuidar bien a quien le hace ganar el dinero (el personal operativo).
En España las empresas de seguridad no apuestan por eso que se ha llamado responsabilidad social corporativa. No saben ni desean saber de qué se trata. Por eso se sigue escatimando el bienestar del profesional de la seguridad privada en pos de un beneficio brutal, sin una sensibilidad que en otros países avanzados de Europa hace tiempo que se aplica. Soy pesimista en el tema del Convenio, tanto por la avaricia y codicia desmesurada de las empresas de seguridad como en la poca lucha de clase que tienen actualmente la mayoría de centrales sindicales por sus vinculaciones políticas, cosa que no ocurre con CCOO, un ejemplo de buena gestión.
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