El anuncio del presidente Zapatero de que es necesario bajar los salarios públicos un 5% ha puesto a los funcionarios de uñas. De hecho, ayer ya se especulaba con que una parte de los trabajadores había comenzado su particular protesta con una jornada de teclados caídos.
Los sindicatos mayoritarios son conscientes de que se juegan el tipo entre uno de los sectores donde más adeptos tienen, y se han apresurado a dar una respuesta contundente a los planes de recortes del Gobierno.
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