domingo, 9 de mayo de 2010

- Faltos de autoridad

Algunos colectivos como los vigilantes de seguridad, los examinadores de Tráfico o los funcionarios de los juzgados reclaman que las agresiones que sufren se tipifiquen como delito de atentado
Oviedo, L. Á. VEGA
Agredir a un vigilante de seguridad, a un examinador de la Dirección General de Tráfico (DGT) o a un empleado del Instituto Nacional de Empleo sale prácticamente gratis, como si se golpease al vecino de al lado. Ejemplos ha habido bastantes en Asturias en los últimos meses, como el mierense detenido cuando se dirigía a la oficina del Inem armado con un hacha y con la intención de matar a los funcionarios, o el auxiliar judicial agredido anteayer mismo en los Juzgados de Langreo. Ayer, jueves, por ejemplo, había sido convocada -aunque finalmente fue suspendida- una movilización entre los funcionarios de la DGT para exigir medidas por las recientes agresiones a examinadores de Tráfico en Barcelona y Andalucía. Hay colectivos que están en primera línea de fuego de la mala leche generada por la crisis. Sin embargo, estos funcionarios y vigilantes comienzan a estar hartos de la desprotección en la que se encuentran y claman por que se les reconozca la consideración de autoridad, de forma similar a los políticos o los agentes de la Policía.

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