La empresa tecnológica de defensa y seguridad BAE Systems, con base en Bristol (Inglaterra), ha creado un tipo de blindaje líquido capaz de proteger de los impactos de bala que podría utilizarse para la confección de chalecos antibalas más livianos que los actuales.
En concreto, este novedoso material es el resultado de combinar un fluido dilatante no newtoniano con la fibra kevlar, una resistente poliamida sintética que se utiliza en ropa de alta seguridad. De momento la compañía mantiene en secreto la fórmula química del líquido, aunque aseguran que el material funciona absorbiendo la fuerza de choque de la bala y responde volviéndose más viscoso. En concreto, los científicos artífices del proyecto lo han descrito como "una natilla a prueba de balas donde las moléculas se juntan cuando hay un impacto".
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